Lo que no dices, se queda sin decir...

Lo que no hagas, se queda sin hacer...

Thursday, June 21, 2007

Para Nicole...




¡Por fin estamos juntas otra vez!


Teniamos mucho sin vernos, sin que lo sepas te estaba esperando con mucha impaciencia.


Siento que me he perdido muchas cosas, que ya tienes 6 añitos y recien te estoy conociendo.


Estas muy linda!!!


La sangre nunca nos separó. Nada de lo sucedido hizo que dejara de amarte.


Pero los grandes a veces nos equivocamos.


Por suerte aun no es tarde y podemos recuperar el tiempo perdido, hay tanto que aprender y tanto que contar. Y tenemos toda una vida para hacerlo.


Una vez te perdi, ya no mas... Nunca mas te dejaré...




¿Que te ha parecido el mundo la primera vez que abriste los ojos?


A veces no se ven cosas bonitas pero en el mundo hay que encontrar el camino que te enseñará a aprenciarlo y entender todas las cosas como vienen.


Sabrás darte cuenta. Yo estoy aprendiendo todavía...


Sobretodo aprenderás que lo más importante es el Amor,


aunque quizás ya lo sepas porque tus papás te lo han dado mucho antes que vinieras a este mundo


y vos sin saberlo ya los estás correspondiendo...


Yo tambien te quiero mucho. Tendrás tiempo para aprender todas esas cosas: toda una vida...
Te adoro Nicky... esto es para vos...
La Tía...

Thursday, June 14, 2007

Canto de Sirenas...


Caliente.

Los primeros rayos de sol de ese día comenzaban a calentar la arena de la playa.

Ambos permanecían sentados, uno al lado del otro,

con las olas del mar jugando a sus pies,

y las revoltosas gaviotas gritando en busca de comida.


Felices.

Parecían felices. Ella le sonreía, él jugaba con su pelo.

Sabían que no les quedaba demasiado tiempo juntos. S

e abrazaron y se besaron.

Los dedos de él se enredaban en los tirabuzones rojizos de ella,

mientras ella buscaba refugio en su pecho.


Lágrimas.

Tenían una cita en los ojos de los dos, pero no acudieron.

En los ojos de él, no llegaron porque los hombres, dicen, no lloran.

En los de ella, porque nunca supo llorar.

Se miraron, largamente y en silencio.

Le regaló una caricia, le sonrió.


Suspiros.

La brisa llegaba del mar con mayor intensidad anunciando,

quizás, la temida hora de la despedida.

Ella dejó escapar un suspiro, mientras él, sostenía con fuerza sus manos.

No quería dejarla escapar. El mar la llamaba acuciante.


Canto.

Acercó su rostro para musitarle unas palabras,

él le pidió una última canción.

Apoyó su cabeza sobre su hombro, y comenzó a cantar.

La escena se quedo inmóvil. Todo parecía escucharle a ella.


Adiós.

La canción se fundió en un largo abrazo.

No hubo últimas palabras. Ni un hasta mañana.

Ni un hasta pronto.

Tan sólo un adiós definitivo entre dos amantes imposibles.

Un adiós concebido en unas lágrimas que nunca llegaron a darse.

Las de él, porque los hombres no lloran,

las de ella, porque las sirenas no saben llorar...

Friday, June 01, 2007

Concierto engreído de truenos...


Sé que me persigue.

Lo he notado desde que he puesto un pie en la calle.

Creo que lo he sabido desde siempre.

Detrás de una esquina acechando, como si se tratara de un animal en plena cacería, esperando asaltarme, verme, tocarme, olerme, atraparme.

Y en algún momento, lo conseguirá.

Aparecerá delante de mí, y comprendo que no podré esquivar su persona, ni su silueta, ni su sombra. Porque desconozco su nombre, desconozco su rostro y su identidad.

Pero sé que existe, que no se resiste. Que me sigue y me acorrala.

Por más que corra, por más que me encierre en una minúscula habitación, por más que...

No se puede escapar, no se puede huir. Sólo se puede correr y correr.

Pero por más que se vaya lejos, su risa irónica resuena en mis oídos, y sus pasos se aproximan, es peor que cualquier cosa.

En cuanto aparezca, mi mundo se destruirá, truenos suenan, y pedazo a pedazo iré dejando atrás, cosas con las que he convivido siempre, y que han formado parte de mi guarida.

Me detengo en el cruce, mis pies no paran quietos, se mueven en un balanceo inquieto.

Y allá voy, corriendo y escapando.

Creo que ahí estaba, a mi lado, sonriendo porque sabe que va a pasar.

Me tiene casi atrapada, nada consigue detenerlo.

¿Existirá realmente el día, en que me tenga en su poder, y me rinda ante sus propósitos, en el que esté condenada a ocupar sus asimétricas imperfecciones?

Me muevo rápido, los latidos del corazón se aceleran, siento su respiración sobre mí, me detiene, me atrapa.

Y otro trueno suena.

Sus ojos se clavan en mí, y su desafío recorre espalda, lentamente, al ritmo de la tormenta, me deshago de sus manos que atan mis muñecas, y me vuelvo.

Pero dice mi nombre, y su dulzor me atrapa.

Caí en la trampa...